Raramente se dan estos encuentros.
Así que cuando suceden lo mejor es recordarlos bien.
Por extraños que sean.
Aunque las manos suden.
Y la mente se sacuda.
Hay que recordarles, bien.
Sin esforzarlos Ocurren.
Tal como los pensamientos se escurren,
así los encuentros permiten
que la memoria al menos se cure.
jueves, 11 de febrero de 2010
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a poco si piensas...eso: