jueves, 18 de febrero de 2010

Jesús Mió.

Me escupí la mano y vi sangre

Que salía de un clavo.

Atrás de mí, una madera me sostenía.

Vi al cielo y un cuervo le sacaba un ojo a alguien.

A mis pies unas mujeres lloraban,

Y cientos de personas gritaban.

Dolor con semen.

No podía dejar de excitarme con mi muerte.



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